Desde que era pequeña quería ser maestra pero no sabía si de infantil o de primaria. La decisión de ser maestra de infantil la tomé, cuando nacieron mis primos pequeños, ya que me gustaba cuidar de ellos y por supuesto todavía me sigue gustando. Me encanta que mis primos se diviertan y se rían cuando están jugando conmigo. Pienso que si tienes debilidad por los niños¿ por qué no trabajar con ellos?. Como tengo vocación por esta carrera creo que dar clase a los niños es el mejor trabajo que puedo y podré tener, porque si me siento bien dando clase ellos también se entretendrán y aprenderán. Aunque es verdad que muchas personas me han dicho todo tipo de problemas sobre esta carrera : no tiene salidas; es una carrera de poco nivel, deberías elegir otra más fuerte; cómo puedes elegir esa carrera donde tienes que cambiar pañales y limpiar los vómitos de los niños, etc. pese a todo aunque las personas de tu alrededor puedan influir en lo que tu elijas, al final tú tienes la última palabra y decides lo que crees que es más conveniente. Además pienso que lo más importante es que la carrera te guste porque estamos estudiando para en un futuro dar clase a niños pequeños porque aunque magisterio no tenga plazas suficientes si te esfuerzas algún día conseguirás trabajar como maestra de educación infantil pero sentirte a gusto en una carrera que no te gusta es más difícil.
Reflexión personal de Leticia Glez. Rquez,
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